
Hay goles que ganan partidos, y otros que ganan torneos. Alguien que confirma esa frase es Patricio Mardones, héroe azul de la conquista del Campeonato de 1994. Hábil volante que pasó a la historia del Romántico Viajero anotando desde el punto penal el 1-1 ante Cobresal en El Salvador, haciéndonos campeones tras 25 años de espera.
Mardones llegó a Universidad de Chile el año 1994 procedente de O’Higgins de Rancagua y permaneció en el equipo por dos años, hasta su retiro en 1996. Destacado como un gran mediocampista, era dueño de una impecable pegada, la que aprovechaba marcando a balón parado.
En total alcanzó a disputar 100 partidos de azul, marcando 26 goles. Etapa más que suficiente para dejar una huella imborrable en la memoria de los hinchas azules y en las páginas doradas del Club. En sus vitrinas destacan el bicampeonato conseguido en las temporadas 1994 y 1995.
El gol que nos hizo tocar el cielo
El duelo se vivió un 18 de diciembre del año 1994, por la última fecha del Campeonato Nacional. El escenario fue el estadio El Cobre en la ciudad de El Salvador, recinto lleno de hinchas azules, quienes estaban a tan solo un empate de volver a sentir la felicidad de ser campeones.
El partido fue complejo y nos tuvo contra las cuerdas, ya que Adolfo Ovalle abrió la cuenta para los locales a los 51’ y volvieron a aparecer varios fantasmas del pasado. Sin embargo, cuando el reloj marcaba los 78’, Marcelo Salas fue derribado en el área rival y el árbitro no dudó en cobrar penal para la U.
El encargado de ejecutar el lanzamiento fue el Pato. El volante caminó tranquilo y seguro hacia el punto penal y definió con un derechazo fuerte al medio, inatajable para el arquero Johnny Pérez. Ya con el empate definitivo nos convertimos en campeones de nuevo tras 25 años y levantamos el octavo título de liga del club.
Sin duda, aquel gol en El Salvador, junto a su liderazgo dentro de la cancha, y su respeto por la camiseta de la “U”, instalaron a Mardones en las páginas más grandes de la historia de Universidad de Chile. Un héroe que con su disparo cambió el rumbo azul para siempre.
¡Celebren azules, porque hoy recordamos la historia!