
Agradecemos profundamente el apoyo del gobierno, a través del Presidente Gabriel Boric; el ministro del Interior, Álvaro Elizalde; al embajador José Antonio Viera-Gallo; a la cónsul Andrea Concha y a la gente de Conmebol que nos han asistido como Club en estos duros momentos.
Nuestra principal preocupación siempre ha sido, es, y será la vida, la integridad física y la seguridad de toda nuestra gente, lo que incluye a nuestro plantel, funcionarios, hinchas, familias, periodistas que cubren al equipo, y todos quienes estuvimos en el estadio de Independiente el miércoles.
Aquí, se diga lo que se diga, hubo y existió de parte del club organizador, un mala planificación y ejecución de los planes del partido, así como una clara ausencia de guardias de seguridad y de policías.
Nuestros jugadores y colaboradores estuvieron en riesgo por invasión de hinchas a la cancha, se destruyó a nuestro bus en una zona de seguridad y exclusión cercana al camarín y se agredió a parte del cuerpo técnico.
También hubo problemas fuera del estadio. Existieron encerronas y corridas, por lo que, para cuidar a nuestra gente y poder sacar de forma segura a todos los chilenos que quedaban en el estadio, incluyendo a periodistas que podían correr peligro, contratamos vanes y buses adicionales. Afortunadamente todos pudimos salir del lugar sin problemas adicionales a los ya vividos.
Todo esto que es grave e inaceptable en un partido de fútbol, no es nada comparado con lo que han vivido algunos de nuestros hinchas que acompañaron al equipo ese día en el estadio. Muchos fueron víctimas de un linchamiento permitido con pasividad por el club organizador y la policía, y otros detenidos de forma absolutamente ilegitima y tratados de manera cruel e inhumana.
Es insólito que con las imágenes disponibles de violencia explícita hubo más de 100 chilenos detenidos y ningún argentino.
Una vez que todos nuestros simpatizantes estaban fuera de peligro y ante la ausencia de información oficial, fuimos de madrugada a recorrer hospitales y comisarías de Avellaneda, para saber cómo estaba nuestra gente.
Afortunadamente, de los 19 heridos grave, solo Jaime Mora y Gonzalo Alfaro siguen hospitalizados. Como Club hemos estado en permanente contacto con la familia y los seguiremos asesorando y apoyando todo el tiempo que sea necesario hasta que regresen a casa.
Una vez claro el panorama de heridos y de la gente privada de libertad, nos abocamos a trabajar en la defensa de estos últimos. A primera hora del jueves llegó a Buenos Aires el director José Ramón Correa para diseñar e implementar, junto con la embajada y el gobierno de Chile, una estrategia que permitiera la pronta liberación.
Por eso, contratamos al estudio Castex Pauls, expertos en derecho penal. Felizmente anoche se logró la liberación de los detenidos, pero todavía no podemos descansar, porque si bien nuestros hinchas han sido liberados, siguen siendo maltratados. Muchos de ellos no pueden salir de Argentina y están encerrados en buses donde ni siquiera han podido comer. Vamos a continuar apoyando a todos los hinchas en lo que necesiten para poder volver a Chile y para poder defenderse de todos los apremios ilegítimos a los que fueron sometidos.
En simultaneo, hemos comenzado las gestiones para que esta barbarie no quede impune. Dirigentes, funcionarios y abogados del club se encuentran en Asunción, Buenos Aires y Santiago, trabajando en paralelo para que se haga justicia y para defender con fuerza y total decisión al club Universidad de Chile y a todos los chilenos afectados por esta barbarie.
No descansaremos hasta que se persiga a todos quienes hayan participado de cualquier tipo de agresión, apremios ilegítimos y torturas en contra de nuestros compatriotas y hasta que podamos tener en casa a todos nuestros hinchas.
Nuestra institución se encuentra profundamente golpeada por todos los hechos acaecidos, razón por la cual hemos solicitado a Everton y a la ANFP, la reprogramación del partido de este domingo. Agradecemos profundamente a ambas instituciones el apoyo y comprensión que hemos recibos de parte de ellos y de todos los clubes del futbol chileno, así como de innumerables clubes de diversos lugares de todo el mundo que han solidarizado con nosotros.
Al final del día, debemos reflexionar todos los chilenos y chilenas sobre la violencia. No podemos tolerarla en ninguna forma, ni siquiera verbal, mucho menos física. La empatía implica entre otras cosas, la capacidad de ponerse en el lugar de otro, e implica entender que detrás de cada persona hay familias, y que cuando uno ataca a otro, verbal o físicamente, daña gravemente a esa persona y también a su familia. La empatía no debe perderse nunca. Cuando los miembros de una sociedad pierden la empatía, la sociedad lo ha perdido todo.