A la hora de hablar de nuestros grandes goleadores, uno de los primeros en la lista siempre será Carlos Héctor Campos Silva (1937-2020). El “Tanque” se convirtió en un ídolo indiscutido e inscribió su nombre con letras doradas entre las máximas leyendas de nuestro Club.

Y es que toda su historia estuvo ligada a Universidad de Chile, desde que llegó a las inferiores con 11 años. Su potencia física, reflejada en su 1,86 metros de estatura y 85 kilos de peso, lo llevaron a ser el icónico artillero del Ballet Azul, donde dejó una huella imborrable.

La frase “centro de Leonel Sánchez, gol de Carlos Campos” fue acuñada rápidamente por el ambiente futbolístico en la década de los 60, gracias a la buena sintonía que ambos tenían sobre el césped y que contribuyó a los 6 títulos nacionales conquistados entre 1959 y 1969.

De hecho, es hasta el día de hoy el delantero más letal que haya defendido nuestra camiseta, con 199 tantos en 290 partidos. Además, en 3 ocasiones fue el goleador del balompié chileno, durante las campañas de 1961, 1962 y 1966.

El “Tanque”, junto con definir, también sabía brillar en grandes partidos. Por eso es el máximo artillero azul en los Superclásicos ante Colo Colo, con 16 conquistas, y en los Clásicos Universitarios frente a Católica, donde marcó 14 dianas.

Sus hazañas no sólo se cuentan con las estrellas que adornan el firmamento azul (1959, 1962, 1964, 1965, 1967 y 1969), sino que también con actuaciones que quedaron en la retina de aquellos privilegiados hinchas que gritaron sus goles al borde de una cancha.

Tras una larga sequía de éxitos, Campos fue clave en la segunda corona de nuestra Institución. En la penúltima fecha del Campeonato Nacional de 1959 marcó el agónico tanto del triunfo sobre los albos (3-2), gol que nos terminó llevando a una final entre ambos donde ganamos el título, dando inicio a la era del Ballet Azul.

También quedó grabada la tarde del 19 de enero de 1963, cuando vencimos por 6-3 a Colo Colo. Aquel día el “Tanque” contraería matrimonio, pero la reprogramación del duelo lo obligó a postergar su ceremonia. Así que se vistió de corto, anotó un hat-trick y días más tarde se casó. Un crack.

Dar vuelta un partido marcando seis tantos en sólo 28 minutos en la goleada 6-2 sobre Rangers de Talca en 1961, o abrir la cuenta en el histórico triunfo sobre el Santos de Pelé (4-3) en 1963, son sólo algunas de las tantas jornadas que fueron llenando de gloria la carrera del mítico ariete.

Con mucha pesar, hoy seguimos lamentamos su pérdida, pero sin duda su nombre jamás será olvidado. Carlos Campos se ganó su lugar de privilegio en la historia azul y como Club, también en nombre de los hinchas, lo recordaremos como uno de los máximo ídolos de la institución. ¡Hasta siempre, querido “Tanque”!