Recordar al “Ballet Azul” es sinónimo de éxitos, hazañas y un grupo de jugadores históricos. El equipo que brilló entre 1959 y 1969, consiguiendo seis títulos y dando que hablar en Chile y el mundo, es hasta hoy y por siempre un motivo de orgullo para nuestro Club.
Todos recordamos a ese conjunto de leyendas, donde resaltan nombres como Leonel Sánchez, Carlos Campos, Sergio Navarro y Braulio Musso -entre tantos otros-, pero pocas veces se reconoce a quienes desde fuera de la cancha dedicaban gran parte de su vida para apoyar y brindar todas las facilidades a esos futbolistas que tantas alegrías nos dieron.
Ahí es cuando aparece el nombre de Fresia Rubilar, quien se alzó como un pilar fundamental en el gran proyecto del Club con miras a fortalecer el trabajo formativo. Como funcionaria encargada del Departamento de Bienestar de la rama de Cadetes se dedicó a monitorear de cerca la situación social, económica y familiar de cada integrante de nuestras categorías juveniles.
En una época donde estos aspectos no eran considerados como vitales en un deporte como el fútbol, Fresia se convirtió en un apoyo fundamental para cada jugador, preocupándose de sus estudios, alimentación, ámbitos afectivos y calidad de vida.
En su rol de visitadora social fue una especie de madrina para cada juvenil y el principal vínculo entre el Club y sus familias. Su trabajo, el que asumió desde 1948, fue relevante para mantener el compromiso de los jugadores, quienes veían en Rubilar un apoyo incondicional fuera de la cancha.
Con ella detrás de cada familia, nadie podía descuidar sus estudios, alimentación y descanso. Ella no dejaba detalle el azar. Su labor era preocuparse integralmente de cada uno y así lo hizo siempre, asumiendo un papel relevante en el histórico proceso del “Ballet Azul”, el que se basó en un trabajo integral de las series menores con el foco en el bienestar social.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, recordamos su valioso aporte, uno que permitió formar jugadores integrales y que, con el apoyo de Fresia y tant@s más, lograron llegar al Primer Equipo, campeonar e inscribir sus nombres en la historia de Universidad de Chile.