El 14 de diciembre de 2011 es una fecha inolvidable. Aquella noche, en un repleto Estadio Nacional, llegamos a lo más alto al adjudicarnos la Copa Sudamericana con una campaña que deslumbró al continente y nos dejó en la historia del certamen internacional.

Y es que los números fueron notables y casi rozaron la perfección: 10 victorias, dos empates y ninguna derrota, registrando un 88,8% de rendimiento. Además, solo dos anotaciones en contra y con el goleador del torneo, Eduardo Vargas, entre nuestras filas. Números que rompieron cualquier estadística previa.

La jornada consagratoria, aquel 14 de diciembre, se cerró además con una goleada por 3-0 ante la Liga Deportiva Universitaria de Quito, cuadro que venía de ganar en los últimos años la Libertadores (2008), la propia Sudamericana (2009) y, en dos ocasiones, la Recopa (2009 y 2010).

Sin embargo, ese registro ganador de los ecuatorianos no fue un antecedente de importancia para un equipo azul que solo pensaba en la gloria y que, previamente, ya había eliminado a Fénix y Nacional de Uruguay, al Flamengo de Ronaldinho, Arsenal de Sarandí y Vasco da Gama.

Desde el primer minuto, los dirigidos por Jorge Sampaoli mostraron sus ganas de quedarse con el título y, además, asegurar el triunfo por la cuenta mínima obtenido en la ida. El ambiente en el Nacional solo invitaba a ilusionarse con una jornada histórica e inolvidable.

Las celebraciones, por cierto, comenzaron a gestarse tempranamente. A los tres minutos de partido, Eduardo Vargas apareció por el centro del área para, con un remate abajo, ponernos adelante en el marcador. La fiesta se iniciaba en Ñuñoa.

Posteriormente, nuestro equipo comenzó a manejar los tiempos del encuentro y en la recta final se alargaron las cifras. Gustavo Lorenzetti (79’) y nuevamente “Edu” (87’) festejaron ante el arco rival y sellaron un triunfo por 3-0 ante la Liga Deportiva Universitaria de Quito.

A esa altura, los hinchas en el Nacional, esos mismos que días antes acamparon en las afueras del Coliseo para conseguir una entrada, comenzaban a ser conscientes del logro que se estaba consiguiendo y la emoción se hacía presente en cada rincón del reducto.

Así, tras una notable campaña y con un vistoso juego que llamó la atención del mundo entero, nos consagramos con la Copa Sudamericana 2011, permitiéndonos sumar el primer título internacional en la historia del Club y dejando un recuerdo inolvidable para los millones de hinchas que constituyen la gran Familia Azul.